jueves, diciembre 08, 2005

El final de la Muestra

Esta frase podría ser afirmación, interrogación o profecía, no lo sé; pero creo que es notable una decadencia en el criterio selectivo de quienes se encargan de organizar la ya entrada en años Muestra Internacional de Cine que se exhibe alternamente en la Cineteca Nacional y en distintos cines comerciales.
Obviamente no he seguido la trayectoria de esta Muestra desde sus inicios, pero sí por lo menos desde hace diez años, cuando Trainspoting formó parte del cartel. Si bien tampoco he visto todo lo que se ofrece en ella, sí lo suficiente para descubrir que algo está pasando con el control de calidad en las cintas que se eligen. ¿Cuántas películas suelen ofrecer? Como 15 digamos, supuestamente de distintos puntos del continente –ya que a eso se entiende que se refieren con "Internacional"-. Sin embargo, sólo por poner el ejemplo más reciente, esta vez fueron rescatables 4 cintas, de cuyos autores (uno francés, un mexicano, un danés y un alemán) sólo Werner Herzog no había sido expuesto en las salas por lo menos desde hace diez años.
¿Acaso no existe cine en otros países americanos, europeos, asiáticos, orientales? Y sobre todo: cine que no trate de seguir la línea del melodrama barato, de las historias predecibles a los diez minutos de haber empezado, de la violencia gratuita?
¡Claro que existe! Pero se encuentra en los puestos de videos clonados que guardan verdaderas joyas, cuyos encargados, inexplicablemente pero por fortuna, siempre están dispuestos a conseguir –quién sabe cómo y en dónde- esas películas que uno conoce sólo de oídas...
Y bueno, con esto del final de la Muestra me refería a la película que cerró esta vez: Kontroll. A pesar de que fue filmada en una locación tan explotable y con varias complicaciones para grabar como lo es cualquier estación del metro -en este caso de Budapest-, fue un terrible fracaso. La historia parecía interesante, rodeada de misterio y asesinatos; incluso el personaje principal y algunos otros pintaban bien, pero no sé si fue el guionista o el director quien decidió dejarse llevar por las anécdotas raras, chistosas, peligrosas en que se ven envueltos los inspectores del metro al exigir el boleto a los pasajeros. Ahí se perdió la película, el misterio se descubrió bastante pronto, los personajes nunca terminaron de ser personajes, el metro se convirtió en pista de carreras y patio de peleas. De momento parecía que iba a dar un viraje onírico e incluso recurrió a algo surrealista como podría ser una fiesta de disfraces en el metro, pero al final, patético final, el hada hermosa rescata al protagonista del mundo oscuro y subterráneo, llevándolo a la luz con un beso sobre las escaleras eléctricas.
Qué mal final para el final de la película y de la Muestra; lo peor es que ni siquiera se trataba de un estreno, pues la pasaron hace unos meses en el mismo lugar, como parte de otro festival o foro o algo así, lo mismo que ocurrió con otras dos. ¿Mero relleno? Por eso insisto: ¿interrogación, afirmación o profecía?

1 comentario:

Silencio dijo...

No solo esa, la de Noticias Lejanas fué estrenada en otro ciclo hace algunos meses, dicho sea de paso, el día que me botó la Valkiria, chazzz...