lunes, noviembre 21, 2005

Pequeñita

En las noches, cuando repentinamente se quedaba sin energía eléctrica, ella cerraba los ojos para no mirar la oscuridad que le rodeaba.

5 comentarios:

Silencio dijo...

Pues yo no solo hacia eso, me hacia taco para que ningún ente demoniaco se metiera bajo mis cobijas, y bueno lo de la cama ya sabe la historia.

Pablo dijo...

Sí. La oscuridad es un paisaje profuuuuundo...

Hamletmaschine dijo...

Hola Iliana

Te parecera extraño, pero estaba buscando referencias de la revista Lumbrera, de la que soy diseñador, y encontré tu espacio (y tu dilema el día de la presentación, jaja).

Y bueno, es muy raro, pero tu nombre me parece muy conocido, pero no ubico de dónde, no sé si de la rev. Generacion donde trabajé un tiempo, o de la rev. Planeta X, o del Conservatorio, o del CNA, o con Vicente Quiriarte, o no sé en que vuelta de la tuerca... pero si me suena bastante.

En fin, en todo caso mi nombre es Sergio Santiago Madariaga (por si te suena a ti tambien), ojala hayas conseguido la Lumbrera (si no, no dudes en pedirmela, al menos los dos últimos números).

Y en todo caso, un gusto leerte... ciao.

Iliana Vargas dijo...

Don Silencio, claro que recuerdo la historia de la cama, es más, quería pedirle permiso para algo que se me ocurrió hacer. Al rato le cuento.

No sé quién sea andypanda, pero en todo caso gracias por la visita, ojalá se repita pronto.

Sergio, hummm, la verdad, la verdad no me acuerdo mucho de cómo eres, pero sé que te conocí alguna vez en la librería Eureka, donde trabajé hace algunos años. También es probable que nos conozcamos por alguna publicación, feria del libro o algo relacionado con Alberto Chimal. O, también es probable que Alma te haya hablado de mí o nos haya presentado. No me acuerdo, la verdad, pero chido que visitas y acepto tu oferta de los números de Lumbrera.

Lety Ricardez dijo...

Pues yo a veces abro los ojos para no mirar oscuridades interiores. Las propias digo. Poco a poco voy erradicándolas.
Mi saludo cordial otra vez