jueves, mayo 31, 2007

Un ojo al gato...

Es más difícil de lo que pensé seguir el ritmo de Caza de letras, no sólo para jugar también, sino para leer con atención los ejercicios, las repentinas (ejercicios especiales para trabajar una cuestión específica de algún participante) y los ejercicios de los nominados, que además de ser más difíciles en el sentido de que hay que leer con cuidado las instrucciones, deben responderse en un tiempo más reducido.
El caso es que no me rindo, pero los estoy siguiendo con un ojo al gato y otro al garabato. Algo me dice que no soy la única, pues uno que otro participante parece estar haciendo varias cosas al mismo tiempo...
Aquí el que sigue:

4. Hay un par de zapatos rojos tirados en el centro de la calle, por donde circulan los coches. Elabora un argumento a partir de esta imagen. Inventa la historia detrás de ellos en 1000 caracteres incluyendo espacios. La originalidad, verosimilitud, coherencia y consistencia serán importantes. Este puede ser el material inicial para la escritura de un cuento, una novela, una obra de teatro o un guión de cine.

Los mariachis ya saben a qué calle y número se dirigen; hace un par de semanas le dieron una serenata a la mujer que hoy van a buscar. Sin embargo, después de cinco canciones y ninguna luz prendida, el de la trompeta voltea a ver al hombre que los contrató, quien le hace señas de que sigan. Un teporochito desvía su camino atraído por la música. Algo le pregunta al de la trompeta y éste mueve la cabeza negativamente. El teporochito grita pidiendo que salgan, que hay romance y serenata. Se dirige al hombre que ahora camina ansioso de un lado a otro y también pregunta algo, pero éste le responde con sendos puñetazos. La sangre chorrea de nariz y boca sobre el asfalto y los tenis del teporochito. Algunos vecinos observan desde las ventanas, pero sólo uno baja a la calle, se quita una bota y con el casquillo de ésta golpea la cabeza del hombre, haciéndolo caer. Ayuda en lo que puede al herido, y al ver su ropa y zapatos empapados de sangre le deja las botas y el suéter. Los mariachis acaban su repertorio y se van. El hombre despierta poco a poco y sólo le acompañan unos tenis ahora rojos.