miércoles, septiembre 21, 2005

Y sigue el psicólogo...

Por andar de metiche en el blog de Tryno Maldonado, que me topo con un test de desorden de personalidad. ¿Por qué será que a la gente le gusta contestar tests, por muy absurdos o aburridos que sean? ¿Será que de alguna forma tratamos de conocer alguna parte de nosotros mismos que anda por ahí pero que no nos arriesgamos a identificar? ¿Será que es más fácil contestar preguntas anónimas que las de un amigo, un doctor o uno mismo? ¿Será que nos gusta autoengañarnos, sabiendo que la respuesta que obtendremos después de contestar, seguramente es un cliché, una generalización o cualquier cosa difícil de interpretar?
Lo que sí sé es que es entretenido, angustiante, sorpresivo, y peligrosamente adictivo. Aunque en la página insisten en que sólo un doctor calificado puede dar un diagnóstico certero, recomiendan que se tomen las medidas necesarias después de conocer los resultados...
DisorderRating
Paranoid Personality Disorder:Moderate
Schizoid Personality Disorder:Very High
Schizotypal Personality Disorder:Very High
Antisocial Personality Disorder:Moderate
Borderline Personality Disorder:Moderate
Histrionic Personality Disorder:Moderate
Narcissistic Personality Disorder:Moderate
Avoidant Personality Disorder:Low
Dependent Personality Disorder:Low
Obsessive-Compulsive Disorder:Moderate

-- Take the Personality Disorder Test --
-- Personality Disorder Info --

Discurso del psicólogo para quien peca de honestidad

Si usted tiene ganas de darse golpes contra la pared después de descubrir que ha revelado un dato que debió quedar en secreto para obtener una beca, no lo haga, pueden morir las neuronas que aún le quedan para aprender a mentir -o en todo caso quedarse callado- cuando es debido.
Tampoco se le ocurra deprimirse si dicha beca fue otorgada a un par de amigos suyos; mucho menos intente adivinar "en qué son mejores ellos", pues usted de antemano sabe que en este caso las comparaciones son inútiles e innecesarias, en principio porque no se duda de la calidad de ninguno, sólo son trabajos distintos, y enseguida, porque la calidad, en el caso de usted, no fue un obstáculo, sino un valor reconocido... Mmmmm. Algo no cuadra, pensará usted. Pero, ¿cómo iba a adivinar que primero debió renunciar a su centro de trabajo y después pedir la dichosa beca? No, ahora no lo intente, pues por fortuna aún conserva su trabajo, y además ha obtenido ayuda personalizada de un experto para corregir sus textos. Ahora sabe que de haber mentido le habrían quitado la beca de inmediato, y tal vez no la hubieran dejado volver a concursar después. Así que deje de quejarse, agradezca el reconocimiento, felicite a sus amigos, siga escribiendo y conténtese con eso.