Que ha llovido durante la madrugada -"toda la noche"-, ha dicho Marco. Pero aquí es difícil indagar, por el puro sonido, si lo que cae es agua, canto de mirlo, canto de pajarillos copetudos, o gorjeo de palomas y palomos a punto de engendrar.
Por cierto, cuando se disparan al unísono, los ladridos de las ocho camadas vecinas suenan a cántaros de agua golpeando techos, ventanas y suelos.
Por otra parte, es confuso delimitar Ocaso, Noche, Madrugada y Alba en este punto de la Tierra. Según explicaciones de la científica vox pópuli, se debe a que nos encontramos en el Paralelo CERO, en el mero ecuador del mundo. Entonces -no entiendo todavía por qué, exactamente- el sol da la vuelta al día de una forma en la que es imposible refractar la luz en la atmósfera, de tal manera que en estos cielos toda seña de color se reduce a Azul, Blanco-Neblina, Nublado-Gris-Soleado, Nublado-Gris-Tormenta, Neblina Pura, Azul-Negro y Negro.
A eso se debe que uno no encuentre la luz del fin de la noche que da inicio a la madrugada, y menos aún el alba o el ocaso, por lo que, de haber llovido tanto durante la oscuridad del cielo, cabría sólo decir: llovió todo el tiempo que estuvimos dormidos antes de que llegara el humor blanco del día.
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