Cuántas personas que alguna vez hayan visto esa pequeña cápsula de Estampa al Minuto no se han quedado con la duda de quién es ese extraño personaje que usa sombreros adornados con plumas de colores, que a veces se trenza el cabello o incluso se hace coletas o chongos; que algunos juzgarán de estrafalario por su vestimenta, claramente alterada por él: su chamarra tiene incrustaciones de cuentas de vidrio, sus pantalones a veces tienen parches o manchas, sus camisas suelen llevar motivos prehispánicos o de alguna comunidad indígena de nuestro país. Y cuántos más no habrán hecho bromas sobre la variedad de elementos en los que él ha demostrado que se puede grabar para realizar una estampa (sé de quienes dicen que sólo falta que saque un bolillo, una papa o un zapato y se ponga a rasparlo).
Pues yo tampoco tengo muchas noticias de su historia ni de sus actividades cotidianas, pero hay algo que puede revelarnos parte de este secreto: su trabajo como grabador. Hace un par de semanas se inauguró una exposición de sus grabados en la Galería José María Velasco, que supongo todavía puede visitarse.
Hay trabajos en distintos formatos y en unas vitrinas especiales se muestra algunas placas intervenidas con algún otro material que las aleja de su uso imprimible y las transforma en arte-objeto; también hay pequeños sellos de goma y libros en los que ha participado.
Aunque no es la primera vez que expone, creo que no se conoce mucho su trabajo como artista, y es una buena oportunidad para hacerlo. Hace como dos o tres años, antes de que salieran sus cápsulas en televisión, por mera casualidad y curiosidad asistí al Museo de Culturas Populares y encontré una serie de objetos estampados que me llamó la atención; descubrí que se trataba de una forma alternativa de adornar y apropiarse o individualizar el entorno que nos rodea. Había cojines, botellas etiquetadas, mantas, y no recuerdo bien qué más, pero sí recuerdo que fue muy agradable descubrir la capacidad creativa para aplicarla en fines prácticos, pues en todo caso, podría tomarse como una propuesta de comercialización de tales objetos como artesanías y no como obras de arte, aunque insisto en que la mezcla de ambos se puede identificar como arte-objeto. Lo triste es que su trabajo sirvió de ejemplo o motivación para que a muchos otros se les ocurriera estampar telas, cajas, lámparas y cuanta cosa pueda venderse; de hecho me parece que ha habido un incremento notable en la comercialización de tales objetos en los últimos cinco años, pero lamentablemente todo se queda en eso, una comercialización vana, superficial, fría, hecha a base de moldes o plantillas, sin identidad. Y además parece producción en serie, sin la audacia de experimentar con elementos y materiales distintos, como lo hace Joel Rendón.
Tal vez no puedan atestiguar lo que acabo de decir sobre sus objetos, pero sí podrán descubrir que no todo lo que se retome de la cultura prehispánica ha de convertirse en cliché, en mera imagen sin sentido. Joel reconstruye con un sincretismo propio, mezcla los elementos que están más presentes en su percepción de la realidad, le da forma al personaje que es nuestra incomparable ciudad; encuentra los rostros de secretos, de demonios, de animales que se desdoblan en lo vegetal y humano; características de las que erróneamente nos alejamos cada vez más.
Les invito pues, a que se encuentren de una forma distinta con este rárico, sonriente y creativo personaje. La galería está cerca del metro Lagunilla, sobre Peralvillo No.55, en la colonia Morelos, abre de martes a domingo de 9:00 am a 5:00 pm y la entrada es libre.
Sólo como precaución recomiendo que vayan temprano, digamos antes de las 2 de la tarde, pues debido al tianguis y mercado que están cerca, se hace difícil el tránsito.
Pues yo tampoco tengo muchas noticias de su historia ni de sus actividades cotidianas, pero hay algo que puede revelarnos parte de este secreto: su trabajo como grabador. Hace un par de semanas se inauguró una exposición de sus grabados en la Galería José María Velasco, que supongo todavía puede visitarse.
Hay trabajos en distintos formatos y en unas vitrinas especiales se muestra algunas placas intervenidas con algún otro material que las aleja de su uso imprimible y las transforma en arte-objeto; también hay pequeños sellos de goma y libros en los que ha participado.
Aunque no es la primera vez que expone, creo que no se conoce mucho su trabajo como artista, y es una buena oportunidad para hacerlo. Hace como dos o tres años, antes de que salieran sus cápsulas en televisión, por mera casualidad y curiosidad asistí al Museo de Culturas Populares y encontré una serie de objetos estampados que me llamó la atención; descubrí que se trataba de una forma alternativa de adornar y apropiarse o individualizar el entorno que nos rodea. Había cojines, botellas etiquetadas, mantas, y no recuerdo bien qué más, pero sí recuerdo que fue muy agradable descubrir la capacidad creativa para aplicarla en fines prácticos, pues en todo caso, podría tomarse como una propuesta de comercialización de tales objetos como artesanías y no como obras de arte, aunque insisto en que la mezcla de ambos se puede identificar como arte-objeto. Lo triste es que su trabajo sirvió de ejemplo o motivación para que a muchos otros se les ocurriera estampar telas, cajas, lámparas y cuanta cosa pueda venderse; de hecho me parece que ha habido un incremento notable en la comercialización de tales objetos en los últimos cinco años, pero lamentablemente todo se queda en eso, una comercialización vana, superficial, fría, hecha a base de moldes o plantillas, sin identidad. Y además parece producción en serie, sin la audacia de experimentar con elementos y materiales distintos, como lo hace Joel Rendón.
Tal vez no puedan atestiguar lo que acabo de decir sobre sus objetos, pero sí podrán descubrir que no todo lo que se retome de la cultura prehispánica ha de convertirse en cliché, en mera imagen sin sentido. Joel reconstruye con un sincretismo propio, mezcla los elementos que están más presentes en su percepción de la realidad, le da forma al personaje que es nuestra incomparable ciudad; encuentra los rostros de secretos, de demonios, de animales que se desdoblan en lo vegetal y humano; características de las que erróneamente nos alejamos cada vez más.
Les invito pues, a que se encuentren de una forma distinta con este rárico, sonriente y creativo personaje. La galería está cerca del metro Lagunilla, sobre Peralvillo No.55, en la colonia Morelos, abre de martes a domingo de 9:00 am a 5:00 pm y la entrada es libre.
Sólo como precaución recomiendo que vayan temprano, digamos antes de las 2 de la tarde, pues debido al tianguis y mercado que están cerca, se hace difícil el tránsito.
6 comentarios:
Todo iba bien hasta que recorde la Galeria Jose Ma, Velasco y mis indumentaria polanqueña de domingo.
Por otro lado sectores pensarian que eso es una mamortez hasta que lo ven hecho por su amigo favorito, chale, el plágio. Chaz
¡Hola, defensora!
Aquí algunas apreciaciones respecto a aquella apasionada defensa sobre la cursilería:
a)Para hablar de silogismos no es necesario leer a Ciorán. Primero, porque lo que ocupa especialmente a Ciorán es la ética, no la lógica. Para hablar de silogismos hay que leer, en primerísima instancia, la Lógica de Aristóteles.
Existen silogismos que no tienen las tres proposiciones, tesis antítesis y síntesis. Se llama "Silogismo Tautológico" y se representa así a=a.
b)"Otredad" y "pertenencia", no son conceptos subjetivos. Tienen una definición absolutamente concreta porque nada tienen que ver con la experiencia, con lo pragmático, no son acciones sino definiciones concretas de lo óntico. No es que cada quien tenga su otredad y su pertenencia... No. Tampoco son absolutos, cierto. Son generalidades. Búscalas en el diccionario de Ferrater Mora.
c)La otredad determina en un grado amplio el encuentro con el ser, dice Lévinas. En la búsqueda óntica no se necesita una identidad, en tanto el otro la determina. Me parece que eres tú quien no entiende los conceptos. La pertenencia tampoco está condicionada por la identidad. ¿Sabes tú qué es la ontología de mercado? Es un concepto nuevo, lee a Marshall Berman y sabrás que uno puede ser lo que compra. No se necesita identidad para el encuentro con la pertenencia. De hecho, para ambos conceptos, al buscar a una, buscas la otra. Leer "Philosophy for Dummies". Buscar en algún diccionario el concepto de identidad, luego los otros dos, y termina con "El ser y la nada" de Sartre, donde se explica muy bien la cuestión de la identidad en términos del mundo y los otros.
d)A Ciorán le importaba un pito la estructura del silogismo. Tanto así, que textos como "El aciago demiurgo" siguen siendo incomprensibles, aunque llenos de luces discretas, como pasa con la mayoría de los grandes filósofos.
e)En efecto, coo bien dices y yo mismo consideré antes, existen un chingo de tipos de silogismo y cada uno tiene su representación. No todos tienen tres elementos. Además, en todo caso, aquella cursilería que defiendes tiene, efectivamente, tres proposiciones. ¿Dónde está la tercera? preguntará tu limitada cabeza. Pues te diré en dónde: en todos los comments que recibió y en mi respuesta incluso. en la dialéctica, la antítesis genera una sintesis que no es otra cosa que una nueva tesis. Vuelve a Aristóteles, luego a Hegel. Cuando tengas eso, presumeme que leíste a Ciorán. Por lo pronto no te creo nada.
f) Creo que mi comment da una idea sintética, pero sólida, de mi opinión sobre el post, porque ni siquiera estoy hablando del blogg (sí, con doble g, silencio. Si no hay convención aún, puedo escribirla como la vea). Al dar mi punto de vista lo hago en tanto lector, por ello no tengo por qué medirme con el autor para probar que es cursi y estúpido su post. Esa es mi posición. La otredad del que escribe es quien lo lee. Yo no tengo blogg, porque no soy escritor.
g)Tu pensamiento no tiene que coincidir con el de los grandes maestros. ¿Quién eres tú para eso, qué insolencia? Sus obras no salieron de una noche de copas y un rayo iluminador. Fueron años de estudio y severo análisis, que muchos bloggeros anulan con reflexiones de cantina, de boliche, y postean con autoridad. Por eso detesto los bloggs. Son el espacio donde los imbéciles creen que su palabra -súbita e irreflexiva, basada en dos días de experiencia- tiene un chingo de valor. Porque nada de creativo hay en aquel post cursi: hay una intención aleccionadora, sabihonda, proverbial. Venga, te acepto una pinche copla de cuando perdiste a alguien, pero no un proverbio. Ese silogismo cursi dice: yo sé, sígueme, yo te enseño. Joder, el soberbio no soy yo, no vine a hablarte como rabí. Snob sí, venga, te he dado muchas referencias para que estudies. Pero son válidas, llevan años siéndolo.
h)Para finalizar, tu remate es grillero e injustificado. No sé que tienen que ver los reconocimientos públicos en esto. Revisa los silogismos en Aristóteles. Sabrás darle orden a tus ideas.
Buen día.
Yomero! mira tu...
¿Que tanto te fastidian los blogs?, pues mira vete a leer a Bety, Archie y todos esos, no seas payaso, para eso es mi blog, para escribir reflexiones de cantina y de madrugadas de insomnio donde ya no se como hechar a quien duerme a mi lado y neto que nada más necesito teclear algo y no sorprender a mis maestros de literatura. Me gustaría terminar la discusión pidiendo que me hagas un post sorprendente, gratis ¡anda!
Ohh que Joya la de Dear Wendy, me quede sentado temblando al final, aun me explota un poco la cabeza de pensar en ella.
¡Ja! ¡Ya sé quién eres, ya sé quién eres! ¿Por qué yomero, por qué no tu nombre que no todos, pero Memo y yo conocemos? Pues mira, coincido plenamente contigo en dos cosas: no eres escritor y sí un grandísimo snob (supongo que sabes que los snobs son aquellos quienes presumen de un montón de cosas porque han oído de ellas, pero que en realidad no saben de qué están hablando; es como cuando alguien lee una reseña sobre un libro y después, aunque no haya leído el libro anda por ahí repitiendo lo que leyó en la reseña como si fuera su propia opinión) Ay, ay, ay... ¿Desde cuándo te volviste así? Todavía recuerdo cuando empezabas a acercarte a la literatura, con cierto respeto y humildad, y siempre reconocías que no podías opinar mucho porque no habías estudiado literatura... ¡y ahora tratas de hacernos creer que hasta filosofía sabes! ¿Qué onda contigo? No sé, supongo que te han de estar dando una tutoría al respecto y ahora crees que lo sabes todo sobre silogismos y lógica y tablas de verdad. Pues no, no sé cuál de tus asesores te haya hecho la tarea o si sacaste todos los terminajos y tu intento de explicación del diccionario de la Real Academia, porque se parece mucho a lo que leí ahí cuando empecé a buscar lo del silogismo. Y claro, se me olvidó también que no pude prestarte el libro de Silogismos de la amargura de Cioran, y por eso no entendiste lo que quise decir con que hay que leerlo para entender de silogismos, pero no en un sentido estricto y literal, sino destacando lo más importante que es la reflexión de la que parten las pequeñas o extensas frases que conforman su libro. Y por cierto, no sé por qué te clavaste tanto en lo que escribió Memo, es obvio -y lo sabes- que su intención en ningún momento fue hacer un silogismo y por lo tanto no quebrantó el orden que éste supone.
Ahora bien, no has tenido tu propio blog, no funcionó el que armaron entre ustedes, ¿por qué, si ya no te gustan, entras a leerlos? ¿No se supone que deberías estar haciendo algo mejor con la computadora que tienes ahí enfrente? De verdad es triste ver cómo te has transformado; lo único que se me ocurre es que nunca has tenido tiempo de pensar realmente qué quieres hacer... no basta pretender ser una cosa, no basta creerle por completo a los maestros y mucho menos repetir lo que dicen, no basta juntarse con los que tienen mayores o distintos conocimientos, no basta ponerse el traje... Te dieron una oportunidad que deberías aprovechar; tal vez has descubierto que te falta mucho para ser quien quieres, pero si ya lo sabes trabaja en ello: esfuérzate, lee de todo y mucho, escucha pero date la oportunidad de desconfiar un poco de lo que dicen quienes dan las tutorías, recuerda que eres un poco vulnerable en el campo literario, investiga por tu cuenta, acepta, y sobre todo corrige tus errores...¡Trabaja, en vez de darle vueltas a tanta chaqueta mental (disculpa, pero si mal no recuerdo tú mismo llamabas así a tus mal viajes)!
Y en buena onda, trata de leer ediciones distintas a las de Anagrama, porque ese tonito españolizado que te cargas disminuye en gran medida tu capacidad de conocer y explotar el lenguaje. Está bien que conozcas diccionarios de filosofía, pero si todavía quieres ser escritor también deberías tener a la mano uno de antónimos-sinónimos; el de la Real Academia -que parece que ya conoces-; el Corominas; alguno de ortografía; algo de gramática... el asunto no es volverse un erudito de la lingÜística, pero sirven de vez en cuando para tener más opciones de lenguaje y para resolver cuestiones que creíamos que ya dominábamos.
Y bueno, ojalá algún día tengas un verdadero buen día -de esos que no te cansas de desearnos- en el que puedas forjar alguna propuesta original...o por lo menos creativa...o por lo menos un buen cuento, pues.
Saludos, y no te preocupes, ya sé que cuando nos volvamos a ver todo será políticamente correcto.
Orale, me suena a que se conocen en persona.
Ya se, es Vane
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