Hace unos minutos llamó Tonatiu para avisarme que Mamani falleció. Yo la fui a ver ayer en la tarde, y nos sonreímos, se emocionó porque iba a merendar atole de avena y pan.
Ahora mismo ya no existe, ahora mismo su cuerpo yace rígido en el hospital y su espíritu debe estar vagando por ahí, en busca quizá del de mi abuelo, si no es que ya con él.
Descanse por fin en paz, tranquila.
Yo tiemblo y no puedo llorar, pero sé que ahora está bien y que nunca podré olvidar su última sonrisa, la última mirada que me regaló ayer. Desde aquí se lo digo porque sé que el lugar en el que ahora está, traspasa todos los límites del espacio.
2 comentarios:
Hola, espero que estés bien. Un saludo, Mauricio.
...Sólo piensa que será más fácil que se acabe tu tristeza en cierto tiempo, y que era ya imposible que se acabara su enfermedad y su dolor, tú la viste y te despediste una tarde antes ¿te acuerdas? Piensa en aquellos que no la habían visto en meses... Y lo más importante: tú sigues aquí y el ciclo de tu vida no va todavía a la mitad... la tristeza tiene que irse de tus ojos ¡ya!
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